viernes, 21 de agosto de 2015

Marianne Weber, Luchadora por la Igualdad


Cuando nos aproximamos a la Sociología, parece ésta una disciplina que para nada haya interesado a la mujer. La extensa bibliografía al respecto siempre hace referencia a los trabajos y contribuciones de los denominados cuatro padres fundadores, Comte, Weber, Marx y Durkheim. Pero la historia es bien distinta, y no por ello menos interesante. Ellas, las 'grandes olvidadas', fueron partícipes también de la Sociología de finales del siglo XIX y comienzos del XX, pese a que su trabajo resultara silenciado.  

Mujeres como las británicas Harriet Martineau, socióloga, economista y escritora, o Beatrice Potter Webb, socióloga y economista, igualmente; la socióloga norteamericana Annie Marion McLean. O la alemana Marianne Schnitger, más conocida por Marianne Weber, socióloga y, sobre todo, activista por los derechos de la mujer.

Es a esta última a quien dedicamos el presente artículo.

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Marianne Weber, retrato de Marie David, 1896

Nacida en 1870 en la localidad germana de Oerlinghausen, la infancia de Marianne fue de todo menos fácil. Con solo un año de vida, quedaría huérfana de madre, aunque quizás como compensación, pudo crecer en un contexto sociopolítico, bajo el mandato del Canciller Bismarck, de industrialización y oportunidades, del que las mujeres de clase media pudieron participar.
Voluntariosa y decidida, conseguiría escapar del depresivo ambiente familiar a los seis años, cuando fue enviada por su abuelo Carl a una escuela de Hannover, donde aprendería a hablar Francés e Inglés.

En 1893 contraía matrimonio con su primo Max Weber Jr., un alumno brillante que se había doctorado en Historia y Derecho, y que acabaría impartiendo clases de Economía y Ciencia Política en Friburgo y Heidelberg, respectivamente. Marianne, que había seguido estudiando en Friburgo, empezó en 1896 a interesarse por el movimiento feminista. Ese mismo año era nombrada directora de una sociedad para la difusión de tales ideas, al tiempo que asistía a conferencias de temática política y filosófica, incluidas las de su esposo.

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El matrimonio Weber en 1896

La muerte de su padre hizo caer a Max en una fuerte depresión. Ambos abandonaron su actividad académica, y ella se volcó totalmente en su recuperación.
Es en 1900 cuando Marianne va a retomar el trabajo en diversas publicaciones, como 'La Política y el Movimiento de las Mujeres', llegando a sustituir a Max en reuniones políticas.

Cuando él vuelve a la actividad en 1904, ella se hará incluso más presente en la vida pública. Las aventuras extramatrimoniales de su marido no conseguirían separarles. Del intercambio de experiencias con las nuevas amistades que Marianne había cultivado no sólo surgieron nuevos artículos, sino que se comprometería con las teorías de Charlotte Perkins Gilman, socióloga y feminista norteamericana, poetisa, escritora de novela corta y conferenciante.

En 1907 publica su mejor trabajo, 'Matrimonio, Maternidad y Derechos', y le sobreviene la muerte de su abuelo, que les iba a reportar una herencia suculenta con la que poder vivir sin preocupaciones.
Marianne se forjó un nombre en los círculos intelectuales como abanderada del feminismo, y su trabajo no dejaba de producir nuevos frutos, obras como 'Autoridad y Autonomía en el Matrimonio' y 'Mujer y Objetivo Cultural', marcadas indudablemente por los derroteros que su situación matrimonial había tomado. Entre sus obras posteriores destaca 'La Nueva Mujer'.

En 1920 se convierte en la primera mujer alemana representante de una Asamblea parlamentaria, la de Baden, así como Presidenta de la Federación de Organizaciones de Mujeres Alemanas.

La muerte de su esposo por culpa de una neumonía la arrastró hacia una fuerte depresión. Pese a todas las dificultades, cuatro años después tenía preparados para su publicación un total de diez volúmenes con todo lo que él había escrito, la mejor de sus biografías, un proceso de catarsis para Marianne que le ayudaría a superar sus problemas emocionales. El reconocimiento a todo ese trabajo le supondría un Doctorado Honorífico en Heidelberg.

Durante la época de Hitler, continuó trabajando arduamente, aunque de manera más reservada por miedo a represalias. Falleció en 1954, a los 84 años de edad.     
La mayor aportación de Marianne Weber no radica sólo en denunciar la desigualdad que sufría la mujer de su época por su condición social, educación, edad o ideología, sino en hacerlo desde una perspectiva neutral valorativa.

Buscadora incesante de una mayor equidad entre sexos, quiere acabar con la denominada doble jornada, la de trabajo dentro de casa y fuera de ella, y con una valoración salarial diferente que deja a la mujer en peor situación económica que el hombre.


                                               
BIBLIOGRAFÍA:

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