El 25 de Noviembre fue declarado por Naciones Unidas el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
¿Por qué este día? Fue un 25
de noviembre de 1960 cuando las hermanas Patria, Minerva y María Teresa, tres
activistas políticas, fueron asesinadas
de forma brutal por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo en la
República Dominicana.
Los famosos eslóganes 'No estáis solas' y 'Lo importante que es la denuncia', pronunciados en las diversas manifestaciones celebradas en todo el territorio español el pasado día 7 de Noviembre, no deberían ser agua de borrajas. Nuestros políticos, que están a punto de embarcarse en la campaña electoral para las generales del 20 de Diciembre, deberían llevar entre sus propuestas poner los medios al alcance del Estado para intentar alcanzar el 'Número 0', es decir, cero víctimas por la violencia machista.
Escribir sobre violencia hacia
la mujer supone abordar un tema amplio y complejo. Quiero, por ello, exponer
una serie de datos que considero relevantes, que muestran que no sólo en España
se sufre esta lacra, que muchas niñas y mujeres padecen algún tipo de violencia
en cualquier rincón del globo.
En 1997, los medios de
comunicación españoles se hicieron un enorme eco del problema tras la trágica
muerte de Ana Orantes, muerta a manos de su marido al poco tiempo de haber denunciado
su situación en televisión.
Desde aquel día la sociedad española
ha ido tomando más y más conciencia del problema con cada nuevo episodio
violento, de los que se ha dado amplia cobertura informativa.
¿Qué entendemos por 'violencia hacia la mujer'? La podríamos
definir como todo acto de violencia basado hacia el sexo femenino, que tenga o
pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico
para la mujer, así como la amenaza de llevarlo a cabo, la coerción o la
privación arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida pública como
en la privada.
Pero si hay algo difícil de
categorizar es el lugar que ocupa, y cómo la sociedad lo percibe, lo que se
denomina 'umbral de la percepción social
de la violencia de género', que podríamos definir como "el grado de
violencia contra las mujeres que la sociedad identifica y condena en un momento
concreto". Depende, por tanto, de la sensibilidad de la ciudadanía ante la
discriminación que padecen las mujeres y de su actitud crítica o permisiva ante
los pequeños abusos cotidianos, así como del conocimiento no estereotipado que
posea sobre las diversas manifestaciones violentas.
Según el último Informe de la
Organización Mundial de la Salud sobre Violencia y Salud, elaborado en 2013, que
ofrece una visión global sobre la violencia a las mujeres y que ha dado la voz
de alarma, el 30 por ciento de las mujeres de todo el mundo sufre violencia de
género por parte de su pareja y el 35 por ciento la sufrirán, dentro de la
pareja o fuera de ella.
En EE.UU., una de cada cuatro mujeres y uno de cada 13 hombres es víctima de violencia de género, dos millones de personas al año son atendidas por lesiones relacionadas con abusos en el ámbito doméstico y cada día tres mujeres fallecen a manos de sus parejas, según datos del Departamento de Justicia. También, según estas fuentes, cerca de 1,3 millones de mujeres son violadas cada año en ese país y cerca de 5,2 millones de mujeres y 1,4 millones de hombres son víctimas de acoso cada año.
Según ONU Mujeres, el porcentaje de mujeres asesinadas a manos de sus parejas alcanza el 45 por ciento de las víctimas en Estados Unidos. Además, un 83 por ciento de las niñas de 12 a 16 años ha experimentado alguna forma de acoso sexual en las escuelas públicas.
En Hispanoamérica, el 53 por ciento de las mujeres sufre algún tipo de violencia de género, según el informe presentado por ONU Mujeres y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. En la mayoría de los casos, entre el 75% y el 80% de los agresores son personas conocidas por las víctimas. Los países donde las mujeres han presentado más denuncias por malos tratos son Bolivia (53%), Colombia (39%), Perú (39%) y Ecuador (31%), mientras que Paraguay (18%), Jamaica (17%), República Dominicana (16%) y Haití (13%) ostentan los porcentajes más bajos.
En Europa, entre el 20 y 25 por ciento de las mujeres han sufrido violencia en alguna ocasión, y siete de ellas mueren cada día asesinadas por sus parejas y ex-parejas.
Numerosos estudios afirman que son los países más desarrollados, los del Norte
de Europa (Finlandia, Suecia y Alemania) los que concentran el mayor porcentaje
de víctimas a consecuencia del género. Así lo demuestra una estimación
de la Unión Europea, que eleva la cifra
hasta 100 millones de mujeres. Según un estudio del Observatorio de Violencia
del Lobby Europeo de Mujeres, una
de cada cinco es víctima de estos comportamientos en Europa, y en países como
Finlandia, concretamente, más del 20% de las mujeres han sufrido malos tratos.
En el Mundo Árabe y Oriente Medio, la violencia machista está relacionada con el fundamentalismo islámico, una innegable realidad que responde básicamente a la desigualdad entre hombres y mujeres, mucho más acusada en tales sociedades.
En el Mediterráneo
Oriental, la violencia de género en el ámbito de la pareja tiene un 37 por
ciento de prevalencia, según datos de la
OMS basados en las investigaciones llevadas a cabo en Egipto, Irán, Iraq,
Jordania y Palestina. En concreto, la violencia sexual contra las mujeres de 15
años o más tiene una prevalencia del 36,4 por ciento.
Los datos tampoco son positivos en cuanto al papel
de la mujer en las instituciones, ya que la cifra más baja de mujeres ministras
en el mundo corresponde a los países árabes: solo representan el 7 por ciento,
comparado con el 17 por ciento a nivel global.
Afganistán es, probablemente, el país más restrictivo con la mujer, oprimida por el régimen talibán. Aunque en los últimos años se ha conseguido introducir la igualdad en la Constitución y la primera ley para la erradicación de la violencia contra las mujeres, las afganas están sufriendo un retroceso en la consecución de sus derechos desde que la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad comenzó a retirarse. Según algunas organizaciones, la situación también se ha deteriorado en Iraq, Yemen y Palestina durante los últimos años.
Arabia Saudí ocupa el puesto número 131 (de 135) en el último informe sobre disparidad de género del Foro Económico Mundial, un país donde las mujeres viven oprimidas por un régimen conservador que no les permite ni conducir. Pero las saudíes se han rebelado, y varios estudiosos ven en ellas la esperanza del cambio, teniendo en cuenta que al menos un 58 por ciento de los universitarios son mujeres con altas aspiraciones en una sociedad donde los menores de 30 años son mayoría.
En Irán, el conservadurismo les impone la vestimenta, el silencio y limita sus estudios, ya que solo aprueba para ellas determinados oficios como la pediatría o la ginecología, pero no la ingeniería o la abogacía.
En Siria, la guerra ha empeorado la situación de las mujeres, forzándolas a una yihad sexual para dar placer a los combatientes, a convertirse en donantes de sangre para los heridos en combate empleando a las embarazadas como un blanco civil, un escudo humano.
Israel, una sociedad en apariencia más avanzada (pero donde el marido es quien decide sobre el divorcio), existe un establishment ortodoxo que intenta establecer la segregación por sexos en varios ámbitos de la sociedad. Varias organizaciones han denunciado los miles de casos de maltrato a la mujer y acoso sexual en unas Fuerzas Armadas para las que el servicio militar es obligatorio y recurrente, tanto para hombres como para mujeres.
Asia, continente en el que la mujer trabaja mayoritariamente en tareas del hogar. Países como Bangladesh, Timor Oriental, India, Myanmar, Sri Lanka y Tailandia tienen una enorme deuda con sus mujeres. Muchas de ellas han sufrido lo que se denomina "gang rape", violación grupal, en las que un grupo de cuatro o cinco varones asaltan y violan a la misma mujer.
Es conocido el caso de la joven de 16 años que murió en India tras ser violada en un bus por varios hombres, que luego fueron sentenciados a muerte después de una intensa exposición pública. Al menos por una vez, se hizo justicia, que no es la norma. Los datos resultan escalofriantes, ya que uno de cada cuatro hombres asiáticos admitió haber violado a una mujer, en la encuesta realizada por la ONU.
En cuanto a la violencia dentro de la pareja, los datos agregados indican que en Asia Sudoriental un 37,7 por ciento de las mujeres la sufre. Asia es, sin dudas, uno de los continentes más duros para las mujeres.
África tampoco se queda atrás: un 36,6 por ciento de sus mujeres sufre violencia de género y más de 13 millones de mujeres subsaharianas tienen Sida, siendo ésta la única región del mundo en la que ellas sufren más la enfermedad que los hombres. Una de cada 16 mujeres de esa zona muere en el embarazo o en el parto, mientras que en los países desarrollados el porcentaje es de una de cada 4.000. La práctica de la mutilación genital es otro de los problemas más graves a los que se enfrenta la población femenina. En Somalia, Eritrea y Yibuti afecta al 90% de las mujeres. Ellas carecen, por lo general, del control de los recursos económicos familiares, y a veces tienen que afrontar la discriminación de las leyes sobre herencia y propiedad.
En contraste, respecto del poder político, la representación
femenina en los parlamentos es del 16,8 por ciento. Y es un país africano,
Ruanda, el que tiene mayor número de mujeres legisladoras del mundo, el 48 por
ciento. Poco más de la mitad de las mujeres adultas africanas, el 54 por ciento
saben leer y escribir, según la ONU. Reseñar, también, que al igual que en
Occidente, su esperanza de vida es mayor que la del hombre.
El continente africano presenta la mayor tasa
de pobreza del mundo, y una de las claves para salir de esa crisis es potenciar
el papel de las mujeres. Nunca nos
hemos parado a pensar que si las mujeres de África hicieran una huelga de un solo
día, las economías de sus países se colapsarían. Creo que su potencial es mucho
mayor de lo que imaginan, puesto que tanto atienden sus propios negocios
como tareas agrícolas para terceros; por no decir que muchas ya son
universitarias. Los expertos creen que si mejora su situación, mejorará la de África,
igualmente.
Y, ¿cómo es la situación en España? En un país como
el nuestro, garantista de derechos civiles y libertades, moderno, donde la
mujer ocupa puestos relevantes tanto en la esfera pública como privada, desde
el año 2007, inclusive, ostentamos la triste cifra de 60 asesinatos al año, de
media, que muy posiblemente, se podían haber
evitado. Está claro que las políticas públicas en materia de violencia de
género no funcionan en España como se pretende y deberían. Las denuncias de las
propias interesadas y la colaboración ciudadana se hacen tan imprescindible
como la contundencia en la aplicación de la ley.
La violencia de género no la padece sólo la mujer en al ámbito de parejas heterosexuales. Por ello, no quiero acabar este artículo sin hacer mención a todos aquéllos que son víctimas de tales comportamientos: hombres y mujeres en parejas homo y heterosexuales, de padres a hijos y viceversa, entre o hacia ancianos, y es que la violencia no conoce, género, tendencia sexual, o edad.
BIBLIOGRAFÍA
- Informe de la OMS sobre Violencia y Salud, 2013
- OSBORNE, Raquel, "Apuntes sobre Violencia de Género", Edicions Bellaterra S.L. Barcelona, 2009
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