A continuación, os presento al resto del Equipo de Atletas Olímpicos Refugiados que llegó a Río, que está compuesto por otros nueve atletas, que
compiten en tres disciplinas diferentes. Cinco, son refugiados de Sudán del Sur, otro, huyó de Siria, dos más, de la República Democrática del Congo, y uno, de Etiopía.
La maratoniana keniata Tegla Loroupe dirige, a sus 43 años, una fundación que lleva su mismo nombre y que se dedica, entre otras actividades, a
ayudar a entrenar a los atletas refugiados. Ella es la líder del Equipo de Refugiados de Río 2016.
En 2015, la fundación de Loroupe llegó al campamento de Kakuma y puso en marcha una serie de pruebas para reclutar nuevos talentos del deporte.
El campamento de refugiados de Kakuma está situado en el extremo noroccidental de Kenia, cerca de la frontera con Uganda y Sudán del Sur, donde actualmente hay más de 180.000 personas.
Yiech Pur Biel, con 21 años, natural de Sudán del Sur, había vivido en un campamento de refugiados desde hace una década, gracias a la Fundación Tegla Loroupe. El atleta, tras haber superado las pruebas de selección, representará al equipo de refugiados en la carrera de 800 metros en Río.
James Chiengjiek, con casi 30 años, competirá en los 400 metros en Río. Este atleta escapó de Sudán del Sur
para evitar que lo reclutaran para combatir en una guerra civil que ya se ha cobrado
miles y miles de vidas a lo largo de varias décadas. Llegó al Campamento de Refugiados de Kakuma en 2002, y pertenece al equipo
de Loroupe desde 2013 .
Paulo Lokoro, que abandonó Sudán del Sur para reencontrarse con su madre en Kakuma en 2004,
competirá en los 1.500 metros.
Anjelina Nadai Lohalith, de 21 años, natural, también, de Sudán del Sur, llegó a Kakuma a
los seis años y comenzó a correr en una de las escuelas del campamento. En Río competirá en la prueba de los 1.500 metros.
Rose Lokonyen, de 23 años, participará en la prueba de 800 metros. Lokonyen ha vivido en Kakuma desde 2002. El año pasado se incorporó al equipo de Loroupe. Sus padres regresaron a Sudán del Sur en 2008.
Rami Anis, al igual que Yusra, es otro nadador consumado, un atleta de 25 años perteneciente al equipo sirio de natación y que iba a competir en la modalidad de los 100 metros mariposa en las Olimpiadas de Londres de 2012.
Pero en
2011, tras los bombardeos en su ciudad natal, Aleppo, y ante la posibilidad de
que el ejército lo reclutara, decidió irse con su hermano a Turquía.
Cuatro años más tarde, le prohibieron que compitiera con
sus compañeros de equipo por estar refugiado. Recurrió a unos traficantes para
que lo llevaran en un viaje aterrador en lancha hasta Grecia, y desde allí
viajó a Bélgica, en donde le concedieron asilo en Diciembre de 2015.
En la rueda de prensa que se llevó a cabo antes antes de los Juegos de 2016, Anis declaró:
"Este es el sueño de cualquier atleta. Cuando era niño soñaba con participar en las Olimpiadas, representando a mi país. Sin embargo, me enorgullece participar aunque lo haga como
atleta olímpico refugiado. Obviamente pienso en mi patria, Siria, y espero que
para Tokio 2020 no haya refugiados, no hay nada más querido y entrañable en mi
corazón que la patria"
Anis entrena en el Real Club de Natación de Gante, bajo
la dirección de la ex estrella belga, Carine Verbauwen. Cuando seleccionaron a
Anis, Verbauwen declaró:
"Si se hubiera quedado en Siria, si no hubiera habido guerra, habría participado en las Olimpiadas. Creo que ésto es de justicia"
Yonas Kinde, a sus 36 años, es el miembro más veterano del Equipo Olímpico de Refugiados. Según relata, vivió en Etiopía hasta que las dificultades políticas y económicas hicieron
que fuera "imposible" seguir siendo atleta en su país.
Abandonó Etiopía en 2012 y viajó a Luxemburgo, en donde ha
trabajado como taxista y sigue entrenando como corredor de fondo. Participará
en el maratón de Río.
Para Kinde participar en Río es una oportunidad, según sus declaraciones realizadas en Junio:
"He ganado muchas
carreras, pero no tengo nacionalidad para participar"
Yolande Mabika y Popole Misenga
pertenecían al equipo congolés de Judo que participó en los campeonatos
mundiales que se celebraron en Río en 2013.
Misenga, de 24 años, vio cómo asesinaban a su madre cuando tenía
seis, y escapó al bosque para evitar los combates en Kisangani, su
ciudad natal. Lo rescataron una semana después y aprendió Judo en una casa en
Kinshasa, la capital.
Mabika, de 28 años, se involucró en el Judo exactamente
de la misma forma cuando la evacuaron a esa misma ciudad. Sin embargo, la vida como miembro del equipo de Judo de la
delegación de la República Democrática del Congo no brindaba mucho alivio, dada la
difícil situación que se vivía en casa.
Ambos atletas relatan que sus
entrenadores los agredían y los encerraban en jaulas si perdían. A veces no les
daban de comer.
Cuando los campeonatos de 2013 estaban a punto de terminar,
Mabika y Misenga huyeron hacia un barrio del norte de Río y pidieron asilo
político. Residen allí desde entonces.
Misenga competirá en la categoría masculina de 90 kilos, Mabika
en la categoría femenina de 70 kg.